Debemos entender que mientras
estemos en este mundo siempre tendremos que luchar para conseguir lo que
queremos a esto le podemos llamar batallas.
Jesucristo nos dice que en este
mundo es normal que tengamos aflicciones. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo
tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Los problemas pueden llegar a
nuestra vida cuando menos los esperamos.
Josafat
vivía tranquilo sin imaginarse que tres enemigos se estaban preparando para
declararle la guerra. V 1 “Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con
ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.”
Como Ganar nuestras Batallas con Jesucristo.
1. Reconocer Nuestros Miedos. V 3 a
“Entonces él tuvo
temor;” las primeras batallas que tenemos que combatir son nuestros
temores, sentir temor es normal lo que no es normal es que nos dejemos dominar por
ellos o que los Ignoremos.
·
1.1. Pueden entrar a nuestro corazón a través de lo que
Escuchamos. V 2 “Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti
viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en
Hazezon-tamar, que es En-gadi.”
2. Consultando. V 3 b “y Josafat humilló su
rostro para consultar a Jehová” una cosa es consultar o pedir una palabra que nos
direccione o que nos diga que hacer y otra cosa muy diferente es Orar solo para
lamentarnos y reclamar.
3. Involucrando a Todos. V 3 c “, e hizo pregonar
ayuno a todo Judá” para triunfar en cualquiera de nuestras batallas es necesario
que todos estemos involucrados, que todos sepamos lo que está pasando, en la
casa, en el trabajo o en la Iglesia.
·
3.1. Teniendo un Mismo Propósito. V 4 “Y se reunieron los
de Judá para pedir socorro a Jehová: y también de todas las ciudades de Judá
vinieron a pedir ayuda a Jehová”
·
Comprometiéndose en Familia. V 13 “Y todo Judá estaba
en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres, y sus hijos”
4. Reconociendo el Poder de Dios. V
6 “Y dijo: Jehová Dios
de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre
todos los reinos de las naciones? ¿no está en tu mano tal fuerza y poder, que
no hay quien te resista?” si no confiamos en lo que Jesucristo puede hacer es difícil
que el nos pueda ayudar. Marcos 9: 22-24 “Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero
si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 9:23 Jesús
le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 9:24 E
inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.”
5. Concentrando Fuerzas. V 8 – 9 “Y ellos han habitado
en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: 20:9
Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre,
nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti, (porque tu nombre está
en esta casa,) y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos
oirás y salvarás”
·
5.1. La Presencia de Dios desciende. Mateo 218 20 “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
·
5.2. La Unidad genera poder y Fuerza. Mateo 12: 25 –
26 “Sabiendo Jesús los
pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es
asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
12:26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?”
12:26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?”
6. Reconociendo nuestra
Limitaciones. V 12 “¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? porque en nosotros no hay
fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos qué
hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.” las personas que creen saberlo
todo por lo general siempre terminan en fracaso.
Reconocer nuestras limitaciones nos
permite pedir ayuda o corregir para fortalecer cada una de nuestras áreas y de
esta forma asegurar nuestra victoria.
7. Dejando que Dios Pelee por
Nosotros. V 15 “Y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú,
rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta
multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.” dejar que
Jesucristo pelee por nosotros no significa inmovilidad de nuestra parte. Estarse quietos es:
·
7.1. Actuar en el momento Oportuno. V 16 “Mañana descenderéis
contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis
junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel”
·
7.2. Creer que Jesucristo nos acompaña en nuestra
Batallas. V 17 “No habrá para qué peleéis vosotros en este caso: paraos, estad
quedos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén , no
temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová estará con vosotros”
8. Teniendo Tiempos de Adoración. V
18-19 “Entonces Josafat se
inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se
postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. 20:19 Y se levantaron
los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová
el Dios de Israel con fuerte y alta voz.”
No importa cuán difíciles sean las
batallas que tenemos que enfrentar debemos estar seguros que si creemos en el
poder de Jesucristo, le alabamos de corazón y nos esforzamos saldremos
victoriosos de manera sobrenatural. V 22 “Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso
contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos
mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros”
9. Trabajando en Equipo. V 23 “Porque los hijos de
Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y
destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual
ayudó a la destrucción de su compañero” una sola persona puede producir
pero si trabaja en equipo con menos esfuerzo obtendrá mucho más resultado.
Jesucristo no va a quitarnos las
batallas que tenemos que librar pero si nos acompaña y nos entrena para que
podamos ser victoriosos, dejar que el pelee no significa que no hagamos nada de
nuestra parte. Debemos actuar convencidos de que con Jesucristo somos más que
vencedores.