Desde un principio Dios siempre ha
querido que el hombre viva en paz. Génesis 2: 25 “Y
estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.”
Pero Dios sabía que uno de los factores determinantes para que el hombre pueda vivir en paz es el medio, el ambiente en el cual vive por esta razón lo primero que hizo fue preparar el lugar donde viviría el hombre. Génesis 2: 15 “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” Dios quiere que vivamos en Paz. Levítico 26: 6 “Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.”
Pero para poder lograrlo es
necesario optimizar el espacio en el cual vivimos. Es decir es necesario que
sanemos el medio. Números 5: 1-3 “Jehová habló a Moisés, diciendo: 5:2 Manda a los
hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que
padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto. 5:3 Así a
hombres como a mujeres echaréis; fuera del campamento los echaréis, para que no
contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito.”
La razón por la cual Dios quería
que el hombre sanara ese espacio era porque el viviría en él. La razón por la
cual tú tienes que sanar tus espacios es porque vives en ellos. Esos espacios
son. Tú casa. Tu trabajo o tu lugar de estudio.
El lugar donde habitamos
debe ser con buena ventilación, buena luz o abrigado y acogedor si es que
quieres descansar. Cada ser vivo necesita
de un ambiente particular para poder vivir. Es difícil imaginar un cactus en un
bosque o una Rosa en el desierto. Si llegaran a estar ahí, ambas plantas
morirían después de un tiempo. En el bosque, el cactus tendría agua en exceso,
mientras que la Rosa moriría por falta del líquido en el desierto. Para poder
vivir, los organismos deben adaptarse a los diversos ambientes que existen en
la tierra y si no lo hacen, se mueren.
Hay un solo factor que
hace que el ambiente en el que vivimos sea agradable o desagradable… ¡Nuestra Actitud!
Una actitud negativa o
displicente contamina el ambiente. Una actitud positiva y amable es como el
buen aroma del mejor perfume.
Debemos tener en
cuenta que la actitud sea negativa o positiva tiene la capacidad de contagiar.
Lo bueno o lo malo se propaga.
Como cambiar el medio ambiente en el que vivimos.
1. Cambiando nuestra Actitud.
Ya que la actitud es algo que se propaga con facilidad. Debemos ser ejemplo de
buena actitud. Ej. Saluda aunque no te
saluden. La única manera que tenemos para cambiar nuestra actitud es cambiando
nuestra manera de pensar. Nosotros somos producto de lo que pensamos.
Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo
lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
2. Confesando nuestros
errores o pecados a Dios y a los hombres a quienes ofendimos. Números 5: 7 a “aquella
persona confesará el pecado que cometió”
3. Compensando por
nuestro error. No basta con confesar lo que dañamos es necesario restaurar o
devolver. V 7 b “y compensará enteramente el daño”
4. Añadiendo. V 7 c “y añadirá
sobre ello la quinta parte, y lo dará a aquel contra quien pecó”
No basta que devolvamos es necesario que recompensemos, que demos más a la
persona que dañamos. Un abrazo, una frase de amor pueden ser buenos elementos
para añadir.
5. Siendo Personas de
Compromiso. 6: 1-2 “Habló Jehová a Moisés, diciendo:
6:2 Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová,” si queremos triunfar en lo que nos hemos propuesto es necesario que alguien se comprometa. Que alguien esté dispuesto a madrugar, a trasnochar o hacer aquello que otros no quieren.
6:2 Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová,” si queremos triunfar en lo que nos hemos propuesto es necesario que alguien se comprometa. Que alguien esté dispuesto a madrugar, a trasnochar o hacer aquello que otros no quieren.
Si quieres vivir en
paz es necesario que cambies el medio o el entorno en el que vives. Cambiar el
medio significa cambiar tu actitud y para cambiar tu actitud es necesario que
cambies tu manera de pensar. El lugar en el que vives también determina tu felicidad.