Todos tenemos sueños unos grandes
otros pequeños. Todos de alguna forma tenemos una meta o un propósito que
alcanzar y eso no es malo todo depende de los medios que se emplee para
conseguirlo.
Recuerda un adagio popular que
dice: el fin no justifica los medios.
Abimelec
tenía un sueño y no un sueño pequeño, el sueño de Abimelec era muy grande él quería
llegar a ser rey. En realidad el que él quisiera ser rey no era malo lo malo es
los medios que el utilizo para conseguir su sueño.
Abimelec utilizo el engaño y la
muerte. V 1- 5 “Abimelec hijo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de su madre,
y habló con ellos, y con toda la familia de la casa del padre de su madre,
diciendo: Yo os ruego que digáis en oídos de todos los de Siquem: ¿Qué
os parece mejor, que os gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal,
o que os gobierne un solo hombre? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne
vuestra. Y hablaron por él los hermanos de su madre en oídos de todos
los de Siquem todas estas palabras; y el corazón de ellos se inclinó a favor de
Abimelec, porque decían: Nuestro hermano es. Y le dieron setenta siclos
de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres
ociosos y vagabundos, que le siguieron. Y viniendo a la casa de su padre
en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una
misma piedra; pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se escondió.”
¿Qué medios utilizas tú para lograr
lo que quieres? La muerte no necesariamente tiene que ser física. Nosotros podemos
matar el sueño de una persona o podemos matar su buena actitud frente a la
vida. Los medios equivocados pueden ser: la calumnia, la envidia o cualquier
tipo de engaño o acción negativa contra los demás.
Para nosotros brillar no necesitamos
opacar a los demás o para mostrarnos limpios y puros no necesitamos enlodar el
buen nombre de otros.
Como Triunfar sin matar.
1. Ten un Propósito sano. Una de
las formas para saber si mi propósito es sano seria preguntándonos: ¿lo que voy
hacer es útil o beneficia a los demás? Jeremías
29: 11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
2. Pregúntate: ¿Qué te Motiva a
buscar ese propósito? La envidia, la Vanagloria, el ayudar. Filipenses 1: 15 “Algunos, a
la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena
voluntad.”
3. No tengas afán de conseguir las
cosas. Todo buen propósito necesita de un buen proceso para hacerse realidad. El
afán nos lleva a tomar malas decisiones y a tomar malos medios para conseguir el
fin que deseamos. Mateo 6: 25-27 “Por tanto os digo: No
os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el
cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni
siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por
mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?”
4. Disfruta los Procesos. Esto nos
ayuda a no tener afán. Solo cuando disfrutamos lo que estamos haciendo podemos permanecer
en ellos el tiempo necesario para lograr lo que queremos. Salmos 118: 24 “Este es el día que hizo
Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.”
5. Estar dispuesto a pagar el
precio. Mateo 8: 21-22 “Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y
entierre a mi padre. Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.” Capacita, entrena, esfuérzate. El
querer grandes cosas pero gratis o sin esfuerzo es lo que nos hace corruptos.
6. Escucha la Voz de Cristo. Si no
escuchas la voz de Dios entonces la voz de quien estas escuchando. La del
hombre. Éxodo 19: 5 “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y
guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los
pueblos; porque mía es toda la tierra.”
7. Se Obediente a la voz de Jehová.
Éxodo 28: 1 “Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos
consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y
a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón.” obedecer a
la voz de Jehová es dejar que él nos asigne el tiempo, el momento, los medios y
las personas necesarias.
Solo con Jesucristo podemos crecer
sin matar. Recuerda que tú tienes derechos pero esos derechos terminan donde comienzan
los derechos de los demás. Que todos tus propósitos se conviertan en bendición y
no en maldición.