El corre, corre de la vida ha hecho que no tengamos tiempo para nosotros, para nuestros seres queridos y lo más preocupante muchas veces no tenemos tiempo para Jesucristo.
El corre, corre de la vida nos hace sentir cansados y sin ganas de disfrutar de la vida, esto hace que cada vez nuestra alma se sienta reseca y marchita.
Por eso el consejo para Job era: Detente un Rato y considera las maravillas de Dios representada en la vida o en su creación. V 14 “Escucha esto, Job; Detente, y considera las maravillas de Dios”
Una historia muy interesante dice: un sabio le dijo a su discípulo que cogiera una cuchara, la tomara con la boca y pusiera un huevo en ella, que pasara por un túnel que estaba cerca, pero sin hacer caer el huevo.
El discípulo lo hizo así, paso el túnel con éxito y muy contento le dijo maestro lo logre no hice caer el huevo; el sabio le pregunto: que te parecido el jardín que estaba a la derecha, el discípulo dijo estaba concentrado en no hacer caer el huevo que no lo vi, el sabio le dijo pero si miraste la fuente tan hermosa que estaba al otro lado, el discípulo dijo, tampoco la vi; el sabio le explico que debía cuidar de no hacer caer el huevo pero sin dejar de disfrutar lo que estaba a su alrededor.
La palabra de Dios también se refiere a esta enseñanza, pero de otra forma. Mateo 23: 23 “Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, ¡hipócritas!, que separan para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacen caso de las enseñanzas más importantes de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es lo que deben hacer, sin dejar de hacer lo otro.”
Porque es importante hacer un Alto en el Camino.
1.Podemos reflexionar sobre lo que estamos haciendo, muchas veces corremos tanto y tanto que no nos damos cuenta que podemos estar equivocados.
1.1. El correr y correr sin levantar la vista o la mirada nos puede llevar a la meta equivocada, podemos alcanzar o lograr cosas que tal vez no queríamos.- 1.2.A esto Pablo le llama, saber que nos conviene y que cosas no nos conviene. 1 corintio 10: 23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.”
2.Podemos sacar un Tiempo para los Demas. Jesucristo era una persona muy ocupada y famoso, pero a pesar de todo el sacaba tiempo para estar con su Padre. Lucas 5: 15-16 “Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”
- 2.1. La mala convivencia con nuestros seres queridos se basa en el no conocernos, vivimos bajo un mismo techo o hasta dormimos en una misma cama con alguien y no lo conocemos lo suficiente.
3.Sacamos un Tiempo para nosotros Mismos. Las demasiadas ocupaciones hacen que descuidemos nuestra parte física y emocional.
- 3.1. Si no tenemos tiempo para nosotros tampoco tenemos tiempo para nuestra familia o para quienes amamos. Cantares 1: 6 “No os fijéis en que soy morena, porque el sol me ha quemado. Los hijos de mi madre se enojaron conmigo; me pusieron a guardar las viñas, y mi propia viña no guardé.”
- 3.2. Deja un espacio para ti para mirarte hacia adentro, estar en paz contigo mismos, recuéstate en la cama y olvídate por unos minutos de todas tus obligaciones.
4.Sacamos Tiempo para Dios. El colmo de muchos siervos de Jesucristo es que muchas veces estamos tan ocupados sirviéndole en su obra, que no tenemos tiempo para entrar en intimidad con él a través de buenos tiempos de Oración personal
- 4.1. Los siervos de Dios somos muy buenos para llevar a otros o conducir a otros a que tengan encuentros con Dios, pero también es bueno que de vez en cuando saquemos un tiempo a solas para estar con nuestro padre celestial. Mateo 6: 6 “Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”
Todos necesitamos hacer un alto en el camino para cobrar fuerzas físicas y mentales, desconéctate por un momento de este mundo para disfrutar de ti mismo y de la tranquilidad que nos ofrece la presencia de Cristo en nuestra Vida.
